martes, noviembre 06, 2007

Popper y Platón, o los orígenes del liberalismo

Justa cosa es no ser esclavos de la tradición y tener una actitud crítica frente a las teorías e instituciones legadas por nuestros antepasados, sin embargo, de allí a caer en la mezquindad de fijarse solo en los errores o usar falacias ad hominem para desacreditar los argumentos de antiguos pensadores hay mucha distancia.

Decimos eso haciendo alusión a uno de los más célebres textos de Karl Popper: La sociedad abierta y sus enemigos, donde pareciera que el autor se desviase del tema de su trabajo para lanzar una serie de furibundos ataques contra los pensadores enemigos, en especial contra Platón, aunque quizás la animadversión hacia éste fue un elemento de mayor motivación para Popper que la de la defensa de la sociedad abierta. [1]

¿Por qué ese ensañamiento contra alguien que murió hace más de dos milenios? ¿Por qué considerar a Platón uno de los principales enemigos de la sociedad abierta? y ¿A qué se refiere Popper con ello?

Tratemos de responder a la última pregunta. Desde una definición positiva, sociedad abierta sería aquella donde la movilidad social fuese perfecta y cuyo sistema político de gobierno es la democracia. Desde una definición negativa -que es la más usada por Popper- se formula por oposición a la sociedad tribal en cualquiera de sus variantes, donde priman los intereses de clan, familia, ciudad, patria, etc. sobre los individuales; pero en ese caso ¿qué intereses son los fundamentales? Responder los de todos, es una respuesta irreal, por lo que el mismo Popper reconoce que el establecimiento de una ‘sociedad abierta’ ideal es irrealizable, entonces, la otra respuesta posible es que prevalecen los intereses individuales, es decir estaríamos ante el clásico homus economicus, egoísta y maximizador de beneficios, el cual, varios ‘liberales’ en economía, incluido Popper creen que es el causante del bienestar de la sociedad. En palabras de Adam Smith es el egoísmo del carnicero, del panadero y del cervecero los que nos llevan al bien común. O, en el estilo negativo de Popper, los problemas de la sociedad aparecen debido a las intervenciones por crear una sociedad mejor –por una rebelión contra la libertad-, lo que significaría que ocurren por no dejar que el homus economicus haga de la suya.

Creemos que el principal defecto del texto en cuestión es que Popper no ha entendido el estudio de la historia –lo cual resulta muy asombroso para alguien de su renombre- ya que, como lo sabe cualquier escolar, al estudiar a los personajes históricos es preciso ubicarlos en su contexto, es decir no podemos usar las mismas categorías actuales para analizar la conducta de los hombres que vivieron hace cien años, peor aún si fuesen de circa 300 A.C. Por ello, Popper al juzgar la eticidad en la conducta de Platón usando las categorías morales de hoy cae en lo absurdo y resulta casi un ejercicio de ciencia ficción, ya que, dada la lejanía en el tiempo, los testimonios resultan fragmentarios y su autenticidad dudosa.

Un concepto interesente creado por Popper hasta poético, porque más tiene de oxímoron que de coherente, es el individualismo igualitario, el que suele usar para oponerse a dos ideas de Platón. La primera: que lo colectivo (la polis) debe estar por encima de lo individual, pensamiento no privativo de Platón sino común en el mundo heleno, y de grandes implicancias morales ya que de allí precisamente nace la figura del héroe: aquella persona dispuesta a sacrificar su bienestar, individual, incluso su vida, por el bien común. Por motivos que nos son difíciles de comprender ese pensamiento genera encono en Popper quien prefiere el individualismo, egoísta per se, a la inspiración ética de los héroes. La segunda idea de Platón es que el gobierno debería de estar en manos de los más sabios y mejores, la cual también disgusta a Popper, ya que la juzga antidemocrática aduciendo que esa idea implica jerarquías en la sociedad y la aleja de su ideal: la sociedad abierta. Quizás tenga algo de razón en ello; aunque si la tuviese y llevando su argumento al extremo significaría que garantizar un sistema democrático implicaría que difícilmente el gobierno esté en manos de los más sabios y mejores.

Pero qué implicaría el individualismo igualitario que tanto defiende Popper. Haría que la gente abandone el ideal heroico de anteponer el bien común a los intereses individuales, significaría excluir a los mejores y sabios en defensa de la igualdad, ¿qué consecuencias traería consigo un sistema que garantice el individualismo igualitario? Revisemos el tiempo de Pericles, estadista a quien Popper celebra manifiestamente, porque fue precisamente durante su mandato que se impuso de cierto modo el individualismo igualitario en Atenas, lo cual, trajo como consecuencia la decadencia de la desventurada polis. Pericles gobernó gracias a su alianza con la clase comerciante enriquecida, cuya ética de conducta era muy similar a la del homus economicus, maximizador de riqueza, estos, debido a su afán igualitario exiliaron o asesinaron a todos aquellos que consideraban como un peligro para el sistema donde tenían el poder, es decir persiguieron a los mejores y más sabios o cualquiera que tuviese alguna cualidad que los distinguiese del vulgo. El régimen igualitario, heredero de Pericles, asesinó al hombre más sabio: Sócrates, y exilió al estratega más brillante: Alcibíades, quien hubiese sido el gobernante del imperio ateniense [2]. ¿cuál fue el resultado del individualismo igualitario?, que el brillo de Atenas duró menos de una generación, que privados de sus mejores hijos fuese fácilmente vencida por sus rivales. Y a todo esto lo más importante, y que Popper pareciera no darse cuenta, es la incongruencia interna que encierra el individualismo igualitario, ya que, por un lado al proclamar el individualismo se hace un llamamiento al egoísmo, mientras que por otro al propugnar la igualdad se lo reprime.

Por otro lado, nos llamó la atención que Popper: el autor de la metodología de la investigación científica, quien desdeñase muchos textos valiosos ya que según él su carga ideológica les restaba rigor científico, mencione a la fe más que reiteradamente en sus argumentos. Por ejemplo: “la democracia debe basarse en la fe en la razón y en el humanitarismo” (p. 183), o ésta donde culpa a la falta de fe como la causante del fracaso de la sociedad abierta: “Pero ¿cómo habremos de explicar de que atenienses ilustres como Tucídides estuviesen del lado de la reacción, en contra de estas nuevas evoluciones? Los intereses de clase no constituyen, a mi juicio una explicación suficiente, pues lo que debemos explicar es el hecho de que, en tanto que muchos jóvenes nobles y ambiciosos se convirtieron en miembros activos aunque no siempre dignos de confianza, del partido democrático, algunos de los más serenos y mejor dotados se resistieron a su influjo. El punto principal parece ser que –si bien ya existía la sociedad abierta y había comenzado, en la práctica a desarrollar nuevos valores, nuevas normas igualitarias de vida- le faltaba algo todavía, especialmente para la clase ‘culta’. La nueva fe de la sociedad abierta- ...”(p. 179-180). Pero quizás ninguna sea tan deliciosa como aquella donde a partir de algunos anecdóticos triunfos militares de Atenas sobre Esparta, concluye que eso demostraba “la fuerza superior de un gobierno democrático” (p. 188), podría estar de acuerdo con esta proposición, pero si la analizo popperianamente, siguiendo sus preceptos metodológicos, diría que dicha proposición al basarse en un imponderable como es “fuerza superior de un gobierno democrático” no es falsable, y por lo tanto no pertenece al ámbito de la ciencia, y en última instancia si descontamos el factor azar, las guerras suelen ganarlas los ejércitos con mejores armas.

Una célebre reseña de la Sociedad Abierta y sus Enemigos decía que el texto de Popper podría ser muy controvertido pero donde si hay unanimidad es en la vasta erudición de éste, Nosotros precisamente opinamos casi todo lo contrario, ya que el texto está lleno de errores graves desde el punto de vista histórico, pareciendo mas observaciones de un amateur que de un erudito. Y si nos equivocamos, y en lugar de errores de aficionado son mentiras deliberadas, entonces estaríamos ante uno de los texto más perversos y llenos de infamias que se hayan publicado.

En ese sentido, cualquier persona con un mínimo sentido de la decencia, tratará de, si escribe un texto científico, decantar sus emociones, probará su tesis usando argumentos y no se regodeará en una mera retórica persuasiva, el cual no es el caso de Popper, que por ejemplo para referirse a Critias usa el apelativo desdeñoso de: “el viejo oligarca”.

Otra conducta frecuente en Popper suele ser la tergiversación de los hechos o una interpretación forzada de estos. Por ejemplo, la célebre frase de Heráclito de que los ciudadanos de Éfeso deberían dar el gobierno a los niños, en lugar de interpretarla como una reacción a la perfidia y corrupción de los gobernantes, por lo que juzgaba preferible tener como gobernante a alguien inexperto como un niño con tal de que sea una persona éticamente correcta, Popper la interpreta como una afrenta por parte de Heráclito contra los gobernantes igualitarios de Éfeso por haber exiliado a un amigo aristócrata. Cabe resaltar que Popper usa el término aristócrata en un sentido jacobino, es decir reprocha a Heráclito, quién según la tradición renunció al cargo de rey, el haber nacido aristócrata y el tener amigos de esa condición.

Un ejemplo muy interesante es cuando analiza quién es el responsable de la muerte de Sócrates. La explicación normal la atribuye a la envidia y el odio de algunos dirigentes importantes, en especial debido a la perfidia de Mélytos, Lycón y Ánytos, quienes fueron los instigadores de la acusación y el proceso que llevara a Sócrates a la muerte. Pero Popper no acepta esa explicación, por más que Mélytos, Lycón y Ánytos fuesen detestables. No la acepta porque estos personajes infames tenían el poder en un sistema democrático restablecido, es decir aceptarla sería decir de alguna forma, que Sócrates murió por culpa del individualismo igualitario. Por ello, hace malabares usando argumentos y conclusiones forzadas, para atribuir la culpa a Critias y Alcibíades, quienes habían caído en desgracia, -¿de qué modo?-. El verdadero crimen de Sócrates, a juicio de Popper, fue el de haber sido maestro de efebos aristócratas que debido a sus cualidades personales como a las enseñanzas del maestro, tarde o temprano tendrían un rol destacado en la política y que por ser aristócratas serían enemigos del sistema individualista igualitario y por ende de la sociedad abierta, luego, Alcibíades y Critias eran los discípulos más brillantes de Sócrates, ambos aristócratas, ambos exiliados y ambos declarados enemigos de Atenas, ergo, para Popper, los culpables de la muerte de Sócrates fueron Alcibíades y Critias.

Sobre las falacias ad hominem: la estrategia más frecuente usada por Popper para desprestigiar a alguien, sobre todo a Platón, es recordar el comportamiento infame de algún pariente, ¡nada más absurdo! Recordemos que en la Grecia del tiempo de Platón los ciudadanos atenienses eran alrededor de diez mil habitantes, como en cualquier pueblo pequeño, de algún modo todos estaban emparentados.

Sobre ¿por qué Popper odia a Platón? Resulta muy complicado encontrar una explicación satisfactoria. Podría ser -siguiendo las ideas de Kuhn e incluso las del mismo Popper- que una idea pura absolutamente aséptica, libre de paradigmas resulta imposible, y mucho menos si vivimos momentos históricos de cambios que nos conectan intensamente con nuestro lado emocional, así, para un desventurado judío que tuvo que vivir la persecución nazi, es muy comprensible que desarrolle una visión crítica hacia el Estado y que incluso lo considere su enemigo, quizás por ello –y esto es bastante forzado- considere a todos los ideólogos de sistemas donde el Estado tenga un rol primordial, entre ellos Platón, como sus enemigos.

¿La sociedad abierta y sus enemigos es falsable? Si la respuesta es sí, la sometemos a un proceso de contrastación y ya que tiene muchos (demasiados) errores debemos desdeñarla. Si la respuesta es no, por ser no falsable, la ciencia no se debe ocupar de ella, y entonces, está suerte de refutación que emprendí, quizás sea tan inútil y frívola como tratar de rebatir la existencia de hadas y duendes.
NIKO

Actualidad Económica del Perú
, 31 de Octubre de 2007


[1] Recordemos que uno los títulos originales tentativos del texto en mención era: “Falsos profetas: Platón-Hegel-Marx”, Véase: Hubert Kiesewetter, “El nacimiento de La sociedad abierta y sus enemigos, de Karl Popper”, en: Anuario Filosófico, Bd. XXXIV, Heft 1, 2002, S. 179-206.

[2] Curiosamente la frase es del mismo Popper, quien pese a todas sus reticencias pareciera que no pudo resistir a la seducción de una personalidad tan fascinante.

domingo, setiembre 30, 2007

La maldición del vampiro

Sábado por la mañana, sensaciones un poco difusas recuerdos alterados y un suave aletargamiento que acaricia el cuerpo, a lo mucho quisiera recostarse en el triclinio que mandó fabricar, copia fiel de un original del periodo ático, y una más de sus excentricidades. Contemplar el cielo beber aguamiel a falta de ambrosía, o algo de té a falta de ambos.

Pero los dioses son crueles y envidian que se recree en sencillos placeres, probablemente Artemisa, Palas o alguna salvaje deidad frigia lo castigan haciéndole recobrar algunos recuerdos, pero solo la parte suficiente para impedir el deleite. Recuerda unos labios, sumamente finos, no era su estilo predilecto, pero la suavidad del tacto y la mirada mágica compensaban ello con creces. Además, el tener la plasticidad suficiente para contemplar la armonía desde un plano superior, le permitían apreciar mejor las delicias que podían ofrecer sus amantes, el recuerdo era bello probablemente de la noche anterior, pero las malvadas diosas se aseguraron que no recuerde más, aunque signifique poco, no se acordaba ni siquiera el nombre de quien le proporcionó tan bellos recuerdos. Se consuela de una manera un tanto pueril: probablemente el azar le permita volver a verla, los dioses se encargarán precisamente de que ocurra todo lo contrario.

Así cuando su alegre molicie se ve mortificada con leve melancolía, potencias más funestas empiezan su ataque, despiertan en él intensos deseos, con un vigor tan extremo que no podrían ser saciados de un modo natural, no es que sea un ser abyecto, pero requiere de una muy compleja mezcla de sensaciones y circunstancias para hallar algo de paz aunque sea por algunos instantes, tiene un corazón muy tierno, siempre siente afecto por sus amantes, pero sea por una maldición gitana como le gusta creer, o por una vida llena de vicios y excesos como dice su terapeuta, no puede encontrar goce por más que sienta amor, por lo que todas las noches debe salir, y no en busca de placer, sino para calmar sus vicios que lo torturan desde que tiene uso de razón...

Sebastián Ducas

martes, setiembre 18, 2007

Cavafis o el tratado de un vano combate

Aunque rompimos sus estatuas,

aunque los expulsamos de sus templos,

no por eso murieron del todo los dioses.

Oh tierra de la Jonia, a ti te aman todavía…

(Cavafis: Jónico)


Es imposible, al menos para cualquier alma sensible, conocer la Grecia mítica y no enamorarse de ella, de aquella fantástica y fascinante tierra de aedos e ilíadas, héroes, dioses y sabios. Por ello, no resultaría sorprendente que un rapsoda fanariota como Cavafis haya volcado su corazón hacia el mundo helénico; empero, a diferencia de la mayoría de poetas, no recurre a Grecia solo como un recurso metafórico o como una herramienta de ornato, sus personajes, sus contextos, sus pasiones, todo su universo pertenecen completamente a una Grecia mágica y atemporal. De una Antioquia helénica pasa con fluidez a alguna kyría bizantina, ya sea Comnena, Láscaris o Asán, y con la misma facilidad de un kouros bebedor y fumador a un dios de mirada incorruptible paseando incógnito por callejuelas equívocas de Seleucia.

...Siempre es bello y musical tu griego.

Mas tu maestría toda requerimos ahora.

A extranjera lengua nuestras penas y nuestros amores pasan.

Tu sentimiento egipcio vierte en la lengua extranjera.

Rafael, tus versos que sean así escritos,

que tengan, sabes, algo de nuestra vida dentro de ellos,

que el ritmo y cada frase manifiesten

que sobre un alejandrino un alejandrino escribe.

(Cavafis: Para Amonis que murió de 29 años, en 610)

Nació en la Alejandría ptolemaica que, a pesar de haber pasado por distintas manos durante más de dos mil años de historia, mantuvo siempre su espíritu griego, mezclado con aromas orientales, a veces a punto de esfumarse, mas siempre quedó algo de este. Quizá su gente ya no hablaba la coiné opulenta en vocales; pero un observador perspicaz como Cavafis podía encontrar, en un purpúreo atardecer de agosto, o en las conversaciones de un café, helenas reminiscencias, a partir de las cuales reconstruir un mundo desaparecido que quizá nunca existió.

Los años de mi juventud, mi vida voluptuosa

-cuán claramente veo ahora su sentido.

Qué inútiles arrepentimientos, qué vanos...

Pero no veía el sentido entonces.

En la vida disipada de mi juventud

se plasmaban los impulsos de mi poesía,

se esbozaba el ámbito de mi arte.

Por eso tampoco los arrepentimientos nunca fueron firmes.

Y las decisiones de contenerme, de cambiar

duraban dos semanas a lo más.

(Cavafis: Comprensión)

El proceso creativo es un verdadero enigma, muchos de los poetas antiguos creían que solo eran mensajeros de dioses y musas, otros los invocaban para que les fuesen propicios ya que el poder de creación es prerrogativa de la divinidad. Rimbaud, poeta maldito por antonomasia, creía que en lugar de pensar lo pensaban; asimismo, para que estos pensamientos fueran más sofisticados, consideraba necesario cultivar el desarreglo de los sentidos, una vida plena de experiencias de las más sórdidas a las más sublimes eran requeridas para poder convertirse en un verdadero poeta y quizá hasta en un vidente.

Así, Cavafis llevaba una juventud intensa en sensaciones, alternando momentos de éxtasis con profundos sentimientos de culpa por sus excesos. Felizmente, tuvo la capacidad creadora de transmutar esas experiencias disímiles, gracias a la magia de la poesía, en vigorosos versos –después de algún tiempo, a veces varios años–, lo cual es una gran proeza, por decir lo menos. Recordemos que quizá haya muchos jovencitos bohemios de vida intensa, con las emociones vitales para escribir grandes obras de arte; pero que precisamente por lo intensidad de sus vidas pródigas en emociones y sensaciones, resultan incapaces de culminarlas. El mismo Rimbaud, nunca regresó de su viaje a ninguna parte en busca de la descomposición de los sentidos, a los diecinueve años abandonó a París y a la poesía por otra forma de arte; y el delicioso Proust, tal vez no hubiese creado aquella obra monumental, si no fuera porque sus padecimientos lo obligaban a pasar grandes temporadas en reclusión convaleciente.

A algunos hombres les llega un día

en que deben el gran Sí o el gran No decir.

De inmediato se revela quién tiene

preparado en su interior el Sí, y diciéndolo

avanza en el honor y en su convicción.

Aquél que se negó no se arrepiente. Si otra vez le preguntaran,

No, diría de nuevo. Y sin embargo lo agobia

aquel No -justo- durante toda su vida.

(Cavafis: Che fece... Il gran rifiuto)

Como la mayoría de los fanariotas, su familia se dedicaba al comercio, con bastante éxito para ser más exactos. A la muerte del padre, un rico comerciante, la familia Cavafis se instala en Liverpool donde cursa parte de sus estudios –un poema hamlethiano: el rey Claudio, excepción en su universo heleno, probablemente se deba a este período–; y regresó a Alejandría en el año de 1882, donde con excepción de algunas ausencias pasará el resto de su vida. Cavafis pudo decir Sí, pudo seguir el camino que por nacimiento le esperaba; mas dijo No, cambió una vida brillante de hombre de negocios o de destacado político en la nueva Grecia, por una de oscuro burócrata egipcio, trabajo que no lo emocionaba pero que probablemente aceptara para poder dedicarse a su gran pasión: la poesía y como en vida tuvo un éxito muy limitado, por no decir ninguno, hubo de soportar el trabajo monótono. Desde luego, si le hiciesen nuevamente la gran pregunta, de nuevo diría No.

A un día monótono otro

monótono, invariable sigue: Pasarán

las mismas cosas, volverán a pasar –

los mismos instantes nos hallan y nos dejan.

Un mes pasa y trae otro mes.

Lo que viene uno fácilmente lo adivina:

son aquellas mismas cosas fastidiosas de ayer.

Y llega el mañana ya a no parecer mañana.

(Cavafis: Monotonía)

La finísima sensibilidad de Cavafis, su lucidez al contemplar las tragedias, le permite captar y expresar magistralmente ese heroísmo que torna triunfales las derrotas, por lo menos a los ojos de la poesía, como diría el Alexis de Yourcenar: nada iguala a la dulzura de una derrota que sabemos irreversible (debería disculparme por usar una cita tantas veces repetida, mas la belleza de dicha frase es muy grande, soporta la reiteración). De allí que las épocas predilectas de Cavafis fueran las decadentes, como la Grecia de los diádocos: tan refinados como fútiles y al final avasallados por Roma. De esta, no gusta las conquistas de los césares, sino sus Idus de Marzo o un Bizancio que brillase durante mil años en agonía.

Cuando de repente, a medianoche, se escuche

pasar una comparsa invisible

con músicas maravillosas, con vocerío –

tu suerte que ya declina, tus obras

que fracasaron, los planes de tu vida

que resultaron todos ilusiones, no llores inútilmente.

Como preparado desde tiempo atrás, como valiente,

di adiós a Alejandría que se aleja.

Sobre todo no te engañes, no digas que fue un

sueño, que se engañó tu oído:

no aceptes tales vanas esperanzas.

Como preparado desde tiempo atrás, como valiente,

como te corresponde a ti que de tal ciudad fuiste digno,

acércate resueltamente a la ventana,

y escucha con emoción, mas no

con los ruegos y lamentos de los cobardes,

como último placer los sones,

los maravillosos instrumentos del cortejo misterioso,

y dile adiós, a la Alejandría que pierdes.

(Cavafis: Que el dios abandonaba a Antonio)

La poesía nos permite sino escapar al sufrimiento darnos consuelo. Quienes viven en el arte, gracias a la intensidad de sensaciones y pensamientos, crean placeres que parecen casi reales –¿y si lo fueran?–. Para el mundo de los sentimientos un instante podría ser más valioso que muchos años, que gracias a la magia de la poesía podemos conjurarlos.

Trata de guardarlas, poeta,

por más que sean pocas aquellas que se detienen.

Las visiones de tu amor.

Ponlas, medio ocultas, entre tus frases.

Trata de retenerlas, poeta,

cuando despierten en tu mente

en la noche o en el fulgor del mediodía.

(Cavafis: Cuando despierten)

No obstante, los humanos somos como los troyanos, estamos condenados a perecer, por más que seamos fuertes, jóvenes y valerosos, a pesar de que luchemos con toda nuestra fuerza, no podemos escapar a la vejez, tarde o temprano, llegará el día en que seremos devueltos desde la vida a la gran Nada. Aunque hubiese otras vidas, los Campos Elíseos son poca cosa respecto de la carne y la tierra.

…Sabe que ha envejecido mucho; lo siente, lo ve.

Y sin embargo el tiempo en que era joven parece

como ayer. Qué breve espacio, qué breve espacio.

Y cavila cómo lo engañó la Prudencia;

y cómo siempre en ella se confió –¡qué locura!–,

la mentirosa que decía: "Mañana. Tienes mucho tiempo".

Recuerda los ímpetus que contenta; y cuánta

alegría sacrificada. Cada ocasión perdida

se burla ahora de su necia prudencia…

(Cavafis: Un anciano)

…Y sin embargo cuando entra a su casa para ocultar

su ruina y su vejez, considera

la parte que él aún posee en la juventud.

Adolescentes ahora los versos suyos recitan.

Por los vivaces ojos de éstos pasan las visiones suyas.

Sus espíritus sanos, voluptuosos,

sus cuerpos armoniosos, firmes,

se conmueven con su propia expresión de la Belleza.

(Cavafis: Muy raramente)

Con todo, la poesía que convierte en triunfos las derrotas nos puede salvar de la inexorable condena a la decadencia y extinción. El arte trasciende, así como un instante vale miles de vidas, la creación nos vuelve incorruptibles e inmortales, escapamos a la muerte.

NIKO (Sebastián Ducas), el nombre no es importante, todos de algún modo llevamos máscaras

viernes, marzo 16, 2007

Los herederos de Casandra

Quid aeternis minorem
consiliis animum fatigas?
Cur non sub alta vel platano vel hac
Pinu iacentes

Horacio
Carmina: Liber II, Oda XI.


(Segunda Versión)

Conocer el futuro, más que un regalo de los dioses sería una maldición, en especial cuando éste se muestra lúgubre e inexorable, ¡qué mejor ejemplo que el de la mítica Casandra!, hija de Príamo a quien Apolo diese el don de la profecía; pero asegurándose de que nadie le creyese, huelga explicar que sus visiones de la derrota y destrucción total de Troya no eran nada populares entre sus compatriotas, recordemos la costumbre antigua de cortar la cabeza a los portadores de malas noticias. Hacemos estos comentarios porque tras arduos análisis en la disciplina académica que profesamos: la economía, hemos llegado a la conclusión de que en el futuro próximo se cierne un contexto muy desfavorable para las principales exportaciones peruanas: lo metales. O si queremos decirlo mitológicamente: tras muchos sacrificios y ofrendas votivas, la amada diosa economía nos ha revelado el porvenir, pero ella tan veleidosa como sus pares helenas nos ha mostrado una parte del futuro nada halagüeña, ¿sufriremos la misma maldición que Casandra? Esperemos que no, ya que el propósito del presente artículo es persuadir a nuestros compatriotas peruanos, de la proximidad de una serie de eventos en el panorama económico mundial, los cuales, si no se toman las precauciones debidas, podrían ocasionar graves consecuencias en sus ya mermados bolsillos, siendo al desventurado Alan García a quién le corresponda administrar en los próximos años una de las más drásticas caídas en el precio de los metales que se han registrado en los últimos 50 tiempos.

En el gráfico representamos lo que nos dijo la diosa economía, el rojo profundo describe el comportamiento del precio de los metales y el verde su probable trayectoria. Puede el lector comprobar con facilidad que estas mercancías tan cruciales para el funcionamiento de la economía peruana, experimentan con frecuencia violentas y abruptas fluctuaciones y que una de las más intensas acaba de ocurrir. La duración promedio de las mismas depende de cada tipo de metal pero oscila entre 96 y 120 meses, como el último ciclo ascendente parece haber concluido en mayo del 2006, es prudente anticipar para el futuro cercano un nuevo ciclo de descenso que concluirá en el último año del gobierno de García. Para ese entonces la contracción acumulada en el precio de los metales será de aproximadamente 50% ¿Estámos preparados para ello?

No podemos entender las distintas fuerzas que producirán esta contracción si no examinamos con algo de minuciosidad las que provocaron el violento ascenso, aunque es complicado detallarlas y explicarlas con precisión, a continuación trataremos las determinantes más importantes que causaron el ascenso.

En primer lugar la política monetaria tenemos a la política que ejecutó el gobierno de EEUU para contener la deflación producto del derrumbe de la burbuja tecnológica y de los atentados del 11 de septiembre. Esta política causó una reducción por un tiempo prolongado de las tasas de interés, tanto en EEUU, como en otras partes del mundo, sin embargo, provocó varios efectos secundarios en el mercado americano y en los mercados internacionales. En el mercado americano se produjeron dos efectos: la expansión de la burbuja hipotecaria, uno de los mayores eventos especulativos de los últimos tiempos, y un deterioro generalizado de las cautelosas normas para otorgar los préstamos y evaluar los riesgos que habían desarrollado los bancos americanos. No podemos detallar plenamente el efecto del primero, y quizás sea más interesante explicar el segundo proceso, ya que éste, puede afectarnos inmediatamente. Sucede que esta reducción en la aversión al riesgo redujo los diferenciales de interés que los bancos aplicaban a los distintos activos financieros, así el diferencial de nuestros títulos de deuda pública, -como lo podría comprobar con facilidad el lector, si dibujase el diferencial de la cotizaciones en Nueva York de nuestra deuda y los bonos del tesoro americano- en efecto se redujo, aunque nuestro gobierno atribuye esta reducción a los efectos de la política del gobierno, está quizás no refleje otra cosa que el deterioro del riesgo generalizado que ha caracterizado al mercado americano; pero lo más importante en éste fenómeno no es el efecto que tuvo sobre la cotización de los títulos de deuda de América Latina, sino en el mercado de divisas internacional.

La reducción del diferencial, animó a los especuladores a realizar una operación conocida como "carry trade" que consistía en prestarse dinero en Japón, un lugar donde las tasas de interés son prácticamente cero, y usar estos fondos para invertirlos comprando títulos en alguna economías emergentes como las de Brasil, china, Europa Oriental, y acciones en Nueva York: principalmente hipotecas que emitía Wall Street, y contratos en los mercado de materias primas. Éstas operaciones produjeron el enorme incremento de precios que se observó en los últimos dos años, aunque se tiende a explicar estos por el crecimiento de China, la gente se olvida con facilidad que aún no posee el tamaño necesario como para explicar este descomunal incremento de modo que debemos atribuir una parte sustancial del mismo a las operaciones de estos ingeniosos especuladores.

Lamentablemente, las fuerzas que impulsaron el incremento en el precio de los metales han dejado de operar y ahora estamos presenciando las etapas iniciales de la inevitable corrección. En el primer trimestre del año pasado se derrumbaron los precios de las propiedades Hipotecarias de los EEUU y salieron a la luz espléndidas prácticas bancarias producidas por el ingenio estadounidense. Parece ser que muchos de los títulos vendidos por Wall Street, no son sino basura financiera: simples papeles sin valor, podemos demostrar esto examinando cuánto han descendido las acciones de las firmas financieras especializadas en estos menesteres, en los últimos tres meses casi todas han quebrado, y los títulos de la más importante: New Financial Century han tenido un descenso del 97%, tan drástica caída corrobora que no hacía otra cosa que producir bazofia financiera. Pero ese en el fondo no es el problema, ya que parece que los estadounidenses han vendido estos títulos a inversionistas extranjeros que compraron estos valores en la bolsa de Nueva York, de forma que este colapso no solo afecta al mercado norteamericano sino a todo el mundo. El colapso de estos títulos ha provocado una reducción drástica de estas prácticas bancarias en los bancos norteamericanos y un corte abrupto de estas líneas de crédito, lo que sin duda causará una reducción en el consumo norteamericano, esta reducción se reflejará inmediatamente en las compras que EEUU realiza al resto del mundo, las cuales, al contraerse trasmitirán los efectos de la recesión a sus principales socios comerciales, eventos que probablemente experimentarán todos los banco comerciales que realizan el financiamiento del comercio exterior.

Pero este no es el efecto más importante, sino el que experimentarán los especuladores que contrataron deudas en Japón. Para conseguir liquidez, y solucionar sus urgentes problemas financieros, se verán obligados a rematar títulos en los mercados que contaminaron con su presencia, con lo que provocaran caídas en los mercados emergentes y en los precio de las materias primas. La novedad es que todo este proceso será acompañado por una devaluación del dólar, porque la liquidación provocará una intensa depreciación del yen, lo cual, tiene una doble importancia: en primer lugar detendrá la expansión de la economía japonesa y, en segundo lugar neutralizará el efecto de las probables medidas que tome la Reserva Federal Americana para detener la caída de los valores, si Bernanke redujera la tasa de interés en EEUU, reforzaría esta depreciación del yen y obligaría a nuevas ventas en el mercado de valores y en el de materias primas, de modo que esta reducción de la tasa de interés de EEUU podría coincidir con una caída en el precio de los metales, cosa extraña pero no sorprendente en un universo donde a veces pareciera que los mortales somos víctimas de los caprichos de los dioses. Seguiremos comentando…

Bruno Seminario, Nikolai Alva

miércoles, enero 10, 2007

Al rescate del poeta olvidado

“Sus días son sus sonetos... de esa manera transcurrían los días de Dorian Gray". Para Wilde, vivir artísticamente era un ideal tan valioso o incluso superior al de la creación artística. Y si su producción literaria fue relativamente exigua, se debió en parte, a que sus días vividos de modo artístico, no le dejaron el tiempo necesario para “la creación de cosas bellas”, o al menos no como hubiese querido. “Las musas son celosas y requieren de muchas atenciones”, lo que se ofrenda al Arte suele ser a costa de la vida y viceversa.

En el caso de nuestro poeta, sus bellos poemas fueron vilipendiados, alabados y ahora lamentablemente olvidados. Sin embargo, nadie podría objetar que sus días fueron de los más bellos sonetos no escritos.

Rescatemos a George Noel Gordon Byron, Lord Byron.

De un padre pródigo y una madre abandonada, en condiciones noblemente precarias, nace en Albión un niño deforme pero hermoso. Sucesos inesperados hacen que el pequeño Byron herede el título de lord y las posesiones correspondientes, se entrega a los estudios y a las actividades atléticas con ardor, pese a su deformidad -en verdad solo era una leve cojera-. El cuerpo frágil se rebeló contra su naturaleza débil desarrollando fortaleza y vigor superiores.

Las excentricidades del estudiante aplicado y dandy, causan alboroto en los días de Cambridge, no obstante la vida intensa, apasionada, feliz en apariencia, el fantasma del tedio, aquel adorable monstruo; entra en escena, sus días de ocio se hacen insoportables, empiezan las peregrinaciones. Recorre Europa teniendo como escenario las guerras napoleónicas, al regresar, los poemas inspirados en sus viajes reciben una muy favorable crítica, la fama y el prestigio le sonríen; pero el Taedium Vitae lo devora, el amor parece brindarle algún consuelo, mas el corsario no puede estar demasiado tiempo en tierra, la vida feliz de Don Juan se vio interrumpida por el regreso del pirata Lambro, en la figura de la conservadora sociedad inglesa, que veía con malos ojos a Byron y le atribuía los vicios más infames.

Quizás como César, no quiso defenderse, cuando vio que alguien amado también sostenía un puñal, Inglaterra no era digna de él y prefirió el exilio voluntario.

El destierro, la peor de las penas en el mundo griego, no había perdido severidad en el siglo XIX, sobre todo para quienes tenían cierta distinción que los diferenciaba del vulgo, a donde fuesen llevarían el signo de Caín. Con todo, nuestro poeta padeció poco su desgracia, tal vez ni siquiera sufrió, su enemigo verdadero era el tedio y su vida, a pesar de trágica, era poética, al abandonar Inglaterra recordaba la partida sin retorno de Childe Harold, estaba viviendo lo que había escrito, sus días eran sus sonetos. Alegre y sombrío, entusiasmaba a todos a su paso, incluso al apático Stendhal, y cómo no, si Byron era a la vez un Korasoff y un Altamira.

Somos cuentos, contando cuentos, las noches durante su estancia en Suiza, como las de Casimiro, consagradas a las musas y a las bellas, fueron fundamentales para las creaciones de los agraciados que acudieron a su corte, Frankenstein, el vampiro y la nube, son hijos dispares, engendrados aquellas noches de extravíos y poesía. En la bella Italia, más compasiva con los enamorados que la severa Inglaterra, vivió alegremente aletargado entre los odres de La Guiccioli.

Aquiles es el arquetipo del héroe. Quien a una vida larga, prefiere una breve pero trascendente. Byron hizo lo mismo, a una vida llena de placeres, prefirió luchar por la liberación de Grecia, entonces sojuzgada por los turcos. No es que buscase la muerte, por fin después de muchas aventuras su vida había alcanzado cierta paz, tras ser rechazado por Penélope era feliz con Calypso. Euforión el hijo mítico de la belleza y la sabiduría, no podía ser feliz mientras otros sufrían, decidió compartir sus miserias.

En la tumba del guerrero, inanes flores fúnebres cubrieron su frente; pero también los laureles, la poesía embellece y triunfa sobre la derrota, así como Leonidas es el héroe indiscutible de las Termópilas, Byron conquistó la gloria en Missolonghi, que en lugar de un campo de batalla homérico, falleciese en una cama fue un mero accidente.

NIKO


Acompaño el texto con el mejor retrato de Byron, me refiero a la pintura de Marie Louise Élisabeth Vigée-Lebrun.