jueves, julio 28, 2011

El día de la independencia peruana


U. Nikolai Alva Ponce

El verdadero día de la independencia no habría sido el 28 de Julio de 1821, día de la proclamación de la independencia por San Martín, tampoco el 9 de diciembre de 1824 día de la batalla de Ayacucho, sino el 26 de Enero de 1827, fecha en la cual, los peruanos logran librarse de la dictadura impuesta por Bolívar, y por primera vez desde el Tahuantinsuyo, se instala un gobierno dirigido por peruanos.

La independencia fue una guerra civil. Dentro de cada país latinoamericano hubo tanto realistas como separatistas –también llamados patriotas-; pero al ser los realistas la proporción mayoritaria de los peruanos, la guerra civil en nuestro caso se dirimió rápidamente. Sin embargo, el Perú fue víctima de la invasión de las tropas separatistas grancolombianas (colombianas y venezolanas) y del sur (argentinos más algunos chilenos). Estas tropas, con el objetivo de garantizar la vigencia de sus regímenes, vinieron a combatir al Perú: bastión realista, lo cual, desde el punto estratégico era justificable. Recuérdese que el ejército del virrey Abascal (compuesto por peruanos en su mayoría) tomó bajo su control la Audiencia de Quito (Ecuador), el Alto Perú (Bolivia) y la Capitanía General de Chile. Mientras tanto ¿Qué hacían los españoles de la península?, pues nada o no mucho. Debido a la ocupación francesa primero, luego por la guerra civil entre liberales y absolutistas[1], el apoyo de España a los realistas en Sudamérica fue casi nulo. Por lo cual, los realistas peruanos tuvieron que afrontar unos largos dieciséis años de guerra con sus propios recursos.

Imagínese que usted -estimado lector-, hubiese vivido en el Perú aquella época. Imagínese incluso que estuviese imbuido por la ilustración y profesase simpatías republicanas ¿cómo reaccionaría si llegara un ejército de ocupación que devastase sus bienes y que ponga en peligro su integridad física y la de su familia? Pues lo más probable, es que tomase las armas y saliese en defensa de su tierra: su patria, es decir, aunque suene contradictorio, en esos tiempos aciagos el ser patriota para un peruano habría sido el militar en el bando realista. Por ello no es ninguna sorpresa que el 95% del ejercito realista del Perú estuviese compuesto por peruanos. Muchos políticos peruanos célebres más adelante, lucharon inicialmente en el bando realista como por ejemplo: Ramón Castilla[2], La Mar[3], Gamarra, Santa Cruz, etc. Incluso otros como Goyeneche, Pío Tristán o Leandro Castilla (hermano de Ramón) militaron en los ejércitos realistas hasta el final.

Decir que la independencia tuvo como fecha primordial su proclamación limeña sería dar demasiado valor a solo una anécdota, ya que a los pocos días las tropas realistas volvieron a ocupar Lima. Entonces ¿Por qué tampoco sería la batalla de Ayacucho el día de nuestra independencia? Veamos, -si tomamos en cuenta las cifras más prudentes- se enfrentaron 6906 realistas contra 5780 separatistas (léase libertadores), de las tropas realistas el 93% eran peruanas, mientras en las separatistas el 79% eran un combinado de mayoritariamente colombianos, además de venezolanos, argentinos y chilenos, asimismo ¡un 21% de peruanos! -ya había peruanos en el bando separatista-. Como dijimos antes, se habría comenzado a gestar la nacionalidad peruana, como una respuesta ante los pillajes de las tropas grancolombianas y argentino-chilenas que invadieron nuestro territorio, pero también como una reacción de alejamiento hacia España, de la cual los peruanos no recibieron ningún apoyo importante durante las guerras. En la batalla de Ayacucho perdió el ejército realista, sin embargo, las bajas no fueron contundentes[4]. Por ello, respecto a la rendición en Ayacucho hay diversas interpretaciones, incluso existen tesis conspirativas que la llaman: “la traición de Ayacucho”, ya que, no habría sentido rendirse si aún se tiene un ejército similar al enemigo, a lo cual agregaría que el tener un tratado bien estructurado y que sea firmado tras una negociación relámpago el mismo día de la batalla resulta también sospechoso.

Desde el punto de vista formal el Perú era liberado y la perdedora era España. Desafortunadamente, en la verdad de los hechos, el país perdedor fue Perú, el cual, lejos de ser liberado, se convirtió en un país ocupado por tropas de la Gran Colombia. Bolívar se hizo proclamar por la fuerza dictador vitalicio del Perú con la potestad de elegir su sucesor (un monarca absoluto para fines prácticos), es decir empezaba una tiranía tan igual o incluso peor que la española. Muchos cargos públicos fueron vedados a los peruanos ya que Bolívar los veía con desconfianza. Por el lado económico la situación fue mucho más infame, las compensaciones y botines a las tropas de los Ejércitos “Libertadores” fueron extraídos del Perú, que ya estaba en la inopia. Como colofón del desastre, Sucre luego de vencer a la resistencia realista en el Alto Perú, en lugar de reintegrar dicho territorio al Estado peruano, crea un nuevo país que bautiza con el adulador nombre de Republica de Bolívar o Bolivia, quedando el Perú además de desolado reducido a una fracción de su territorio.

Así, desde los escombros, el Perú comenzó a reconstruirse y logró independizarse de la dictadura de Bolívar un 26 de enero de 1827, el cual sería el verdadero día de la Independencia peruana. Una vez liberados, como era de esperarse, Bolívar (dictador vitalicio de la Gran Colombia) declaró la guerra al Perú, siendo una de sus justificaciones el arrogarse como suyas Jaén y Maynas; que el Perú haya logrado conservar la posesión de esos territorios podría considerarse como una suerte de triunfo.

La verdad, no resulta agradable, muchos preferirían creer la fábula que cuenta de tropas libertadoras a las cuales debemos de estar agradecidos, y que gracias al esfuerzo conjunto pudimos vencer y expulsar a los españoles que nos oprimían a los peruanos. Esa ficción tiene la ventaja de ofrecer una imagen de unidad entre los países sudamericanos, así, hay muchos que al hablar de unidad invocan el nombre de Bolívar: aquel quien fraccionó el territorio peruano.

Tengo el sueño de que, más temprano que tarde, Latinoamérica logre la unidad y así se alcance una región más armoniosa. Me indigna que nuestra historia esté plagada de guerras entre pueblos vecinos, para colmo culturalmente tan similares, y que en el presente en lugar de destinar más recursos a luchar contra la pobreza de nuestros países los dirijamos a gastos militares en previsión de guerras fronterizas. Imagínense como sería Latinoamérica si en lugar de estar perpetuamente enfrentados nuestros pueblos hubiesen estado unidos. Por ello propongo que enrumbemos esfuerzos hacia la integración de Latinoamérica, lo cual es fundamental hacerlo desde bases solidas y por lo tanto, es preciso conocer la verdad de la historia.


[1] Repuesto en el trono Fernando VII, preparó en 1819 una expedición para apoyar la causa realista en América con aproximadamente 22,000 hombres, dicho ejército nunca llega a partir, se sublevó en Cádiz al mando del general Riego y depuso el régimen absolutista, convirtiéndose España, durante el llamado trienio liberal, en una monarquía constitucional. No obstante Fernando VII secretamente pidió ayuda a los franceses, quienes envían a los Cien mil hijos de San Luis (60,000 hombres) los cuales en 1823 restauraron el absolutismo.

[2] Castilla se enroló en 1812 en el ejercito realista, participó en la reincorporación de Chile al control realista; pero es tomado prisionero por los separatistas chilenos en la Batalla de Chacabuco, quienes lo deportan a Buenos Aires, desde donde se escapa y regresa a Perú atravesando la selva brasilera, se reintegra por un tiempo al ejército realista, para luego pasarse al bando opositor. En la Batalla de Ayacucho es herido y llevado al hospital, donde encontrose con su hermano Leandro quien luchaba en el bando realista y resultó herido también.

[3] La Mar peleó valientemente en el ejército realista hasta el 18 de Septiembre de 1821, fecha en que se rinde debido a que carecía de alimentos y armas, lo cual le impedía seguir resistiendo en El Callao. San Martín quien tenía buena referencia de él, lo integró es su ejército como general de división.

[4] Según las cifras oficiales murieron 370 separatistas y 1800 realistas, mientras el número de heridos fue muy similar 609 y 700 respectivamente.

martes, julio 26, 2011

Los bizantinos y el origen de los eslavos

Para aquellos que les interese indagar acerca de los orígenes de los pueblos eslavos, les recomiendo este sucinto y bien escrito artículo: BIZANCIO, LOS ESLAVOS Y EUROPA ORIENTAL de José Marín Riveros, donde podrán informarse en particular de las tesis de quienes plantean que los eslavos no serían una etnia propia en su origen, sino que se gestaron como una creación cultural de sus vecinos bizantinos. Huelga decirles que se animen a visitar BIZANTION NEA HELLAS, allí encontrarán muchos ensayos interesantes sobre el mundo greco-bizantino.

(The Rus under the walls of Tsargrad. Detail from a medieval Russian icon)